lunes, 11 de mayo de 2009

En el rancho

Pues les cuento que con toda la historia de la influenza mi mamá se apanicó y nos obligó a todos a empacar y nos fuimos al rancho de mi abuelo en la Huasteca poblana, bonito si, pero aburriiido, no hay internet, casi no hay señal para el celular, no hay teléfono y les presento a las amistades que hice por allí:

Mis nuevos amigos que amenizaron con su charla muy animada mi estancia en el rancho.
No tienen idea de lo feliz que me sentí al regresar a esta ciudad llena de tapabocas y virus. ¡Soy animal de ciudad!
 
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